Creemos que la Biblia es verdadera, autorizada, suficiente y sin errores.

Como revelación especial de Dios, la Biblia es el único texto inspirado por Dios para la humanidad.

Salmo 19:7-11; Salmo 119:105; Salmo 119:160; 2 Timoteo 1:13; 3:16; 2 Pedro 1:20-21

 

Creemos que hay un solo Dios, Soberano, Justo, Santo, Creador del cielo y de la tierra, que existe eternamente como uno en tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Como Creador, el Dios Trino es completamente diferente y aparte de la creación. Por lo tanto, la creación basa toda su existencia en Dios.

Deuteronomio 6:4; Isaías 45:5-6; Isaías 46:9-10; Juan 17:3; 1 Corintios 8:4-6; 1 Timoteo 2:5; Génesis 1:26; Salmo 45:6-7; Salmo 110:1; Mateo 3:13-17; Mateo 28:17-20;1 Corintios 12:4-6

 

Creemos que todas las cosas existen para la gloria de Dios.

Salmo 148; Proverbios 16:4; Isaías 61:3; Romanos 11:33-36; 1 Corintios 10:31;

2 Corintios 5:15; Efesios 1:3-14

 

Creemos que Jesucristo es igual al Padre, es el Hijo eterno de Dios, nació de una virgen y es plenamente Dios y plenamente humano.

Mateo 1:20; Lucas 2:52; Juan 1:1-4; Colosenses 1:15-20; Hebreos 1:1-3

 

Creemos que Jesucristo murió como sustituto sacrificial para pagar la pena por el pecado y restaurar a la humanidad a una relación correcta con Dios, resucitó físicamente de entre los muertos, venció a la propia muerte, ascendió al cielo y un día regresará. Al humillarse para honrar al Padre, es honrado y glorificado por el Padre.

Juan 1:29; 10:1-18; Romanos 5:8; 1 Corintios 15:1-4; 2 Corintios 5:21; Gálatas 1:4;

1 Pedro 3:18; Mateo 28:1-20; Marcos 16:1-8; Lucas 24:1-53; Juan 1:20-21:25; Juan14:3;

1 Corintios15:12-34; Hechos 1:11; 1 Tesalonicenses 4:16; Hebreos 9:28; 1 Juan 3:2; Apocalipsis 1:7; Filipenses 2: 5-11

 

Creemos que el Espíritu Santo es co-igual con el Padre y el Hijo. Está presente en el mundo para convencer del pecado y hacer que las personas sean conscientes de su necesidad de Cristo. Habita en cada creyente desde el momento de la salvación, proporciona al cristiano el poder para vivir, la comprensión de la verdad espiritual y la orientación para vivir en la semejanza de Cristo.

2 Corintios 3:17; Juan 16:7-13; Juan 14:16-17; Hechos 1:8; 1Corintios 2:12

 

Como joya de la corona de la creación de Dios, creemos que el ser humano está hecho a imagen de Dios. Sin embargo, esta imagen ha sido manchada por el pecado, una actitud activa contra Dios. Esta actitud separa al ser humano de Dios por nacimiento y acción.

Génesis 1:27; Génesis 6:5; Salmo 8:3-6; Salmo 51:5; Jeremías 17:9; Isaías 53:6;

Romanos 3:23; 5:8; 12-21; 7:18; Efesios 2:1-3

 

Creemos que el ser humano fue creado para existir para siempre, ya sea eternamente separado de Dios por el pecado, o en unión con Dios, a través del perdón y la salvación por la fe en la obra terminada de Cristo. La pena y consecuencia merecida por el pecado es la muerte física y espiritual.

Génesis 2:15-17; Génesis 3:19; Romanos 3:23; 5:12; 6:23; Santiago 1:14-15; Apocalipsis 20:15

 

 

Creemos que la salvación es un regalo de Dios a la humanidad. Los seres humanos nunca pueden compensar su pecado mediante la autosuperación o las buenas obras. Solo por la gracia de Dios, a través de la fe en la persona y la obra de Jesucristo y el arrepentimiento del pecado, uno puede salvarse de las consecuencias del pecado, reconciliarse con Dios y heredar la vida eterna.

Juan 1:12; 3:16, 18; 10:29; 14:6; Efesios 2:8-9; Hechos 4:12; Romanos 3:21-26; 5:1;

Gálatas 3:26; 1 Timoteo 2:5-6; Tito 3:5

 

Creemos que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, del que Jesús es la cabeza.

Es un grupo de creyentes que practica intencionalmente Hechos 2:42 para la gloria de Dios en su comunidad y entre las naciones. La iglesia local es una comunidad orgánica que crece a través de etapas identificables desde su comienzo, primero siendo dependiente de otros, y luego avanzando hacia la madurez independiente. Durante este viaje, la Iglesia se vuelve más organizada, estable, influyente en su comunidad y capaz de plantar sus propias iglesias. El propósito de la Iglesia es demostrar la realidad del reino de Dios, glorificar a Dios amándolo, levantando discípulos y predicando el evangelio.

1 Corintios 12:12-27; Hechos 1:8; 4:2; Marcos 16:15-16